miércoles, 20 de diciembre de 2017

Reencuentros.

Día lluvioso.
Pelo mojado.
Ojos húmedos.
Gafas empañadas.

Levanto la mirada y no me creo lo que veo, tengo que limpiar los cristales, frotarme los ojos como si tuvieran lágrimas y sacudirme el polvo de mi corazón. Hay que deshacer el nudo de la garganta, resuena en mi cabeza; di “Hola”, que sí, es ella. Tragas saliva aunque tienes la boca seca. Mierda, el nudo bajó al estómago a ver cómo lo sacas ahora de ahí.

Cinco minutos bastan para no saber que decir y sentir que tienes todo un mundo de cosas que contar. Te miro. Me miras. No sabes qué decir, parece que tú también conoces la sensación nudo garganta estómago.

Nos falla la voz y nos faltan las palabras, pero ambos sabemos que no necesitamos ninguna de esas dos cosas para contarnos cómo nos ha ido. Te enseño mis cicatrices, las que hiciste aún duelen. Me enseñas las tuyas, algunas aún llevan mi nombre. Nada podrá ser igual, pero sabemos que aunque el futuro de nuestro pasado fallara, el momento actual pertenece al presente del futuro que aún no hemos escrito.

1 comentario:

  1. Que bonito, seguro que os encantó follar después de tanto tiempo con ganas.

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